Por Cristina Silva/PL
La tierra del merengue atrae cada año más de 6 millones de visitantes. Quién puede resistirse a conocer la isla que vio nacer a Juan Luis Guerra, Johnny Ventura, Elvis Crespo y otras estrellas que han inmortalizado dicho género musical. La alegría que emana de sus canciones nos hace mover los pies sin darnos cuenta y nos transporta a un lugar donde la felicidad se puede alcanzar. Los sonidos de la tambora, la güira, el acordeón y la guitarra nos poseen lentamente hasta que nos rendimos a su danza frenética; mientras que las letras de los merengues nos hablan de algunos de sus rincones testigos de grandes amores:
“Quiero vivir junto a ti
en San Pedro de Macorís,
quiero bailar mi canción
En el medio del malecón.”
Este merengue de Juan Luis Guerra es un vivo ejemplo de el “azúcar” que tiene República Dominicana y su gente. Los amantes de la música no dudarán de asistir a un concierto de su artista favorito y menos si se presenta en su propia tierra. La mayor tentación sería un concierto en el anfiteatro, estilo griego, en Altos de Chavón. Bailando bajo un cielo estrellado y con la brisa de mar de acompañante. Una noche no será suficiente, puesto que este lugar se conoce como la ciudad de los artistas, por la cantidad de estudios, talleres y galerías de arte que posee. Además, que paseando te podrás topar con cualquier figura de la farándula internacional porque muchos tienen casas de verano en los alrededores.
Cultura, aventura, gastronomía, rumba, sol y playa…hay miles de excusas para viajar a República Dominicana. Un país donde hombres y mujeres tienen una sonrisa pintada en su rostro, un comentario amable pronto para el visitante y una auténtica vocación de servicio al cliente. No importa si te hospedas en un hotel 5 estrellas o en un hostal, te sentirás siempre bien atendido. República Dominicana es un destino para cualquier presupuesto, porque como dice uno de su slogan “lo tiene todo”.
El destino más visitado dentro de la isla es Punta Cana. Sus playas de arena blanca, aguas cristalinas y sin oleaje son su mayor atractivo. Sin embargo, hay variedad de actividades como: paseos a caballo, canope y hasta safari con plantación cafetalera. Los hoteles de la zona varían desde el famoso “todo incluido” hasta aquellos que tienen restaurantes con chef exclusivos. A 5 minutos de Punta Cana esta Cap Cana que es un lugar para los turistas que buscan más lujos y exclusividad.
Ir a disfrutar del sol y el mar es delicioso, pero no es suficiente. Santo Domingo, capital del país, es un punto de interés para el visitante más exigente. Recorrer las calles empedradas del centro histórico es un verdadero placer. El primer punto para visitar es la Catedral Primada de América; para luego entrar al Alcázar de Colón y a el Museo de las Casas Reales. Entre una y otra parada, se encuentran variedad de restaurantes donde podrás disfrutar de la comida típica dominicana: chivo al coco, sancocho, mangú, habichuelas guisadas o unos tostones crujientes.
Los visitantes no dejan de ir a Samaná, desde mediados de diciembre hasta finales de marzo, por el avistamiento de las ballenas jorobadas. Para ser parte de este espectáculo natural te tienes que subir en una pequeña embarcación y navegar; en unos pocos minutos podrás mirar cientos de ballenas con sus ballenatos. Esta excursión se hace en medio de un paisaje de aguas turquesas rodeadas por montañas llenas de palmeras. ¿Será esta misma belleza natural la que hace que cada año regresen entre 3 mil y 5 mil ballenas para dar a luz y aparearse? Yo creo que sí, porque República Dominica es un lugar para volver.