Por Mayra La Paz/PL
La ley de inmigración promulgada recientemente por el gobernador Ron DeSanti en Florida SB1718 y que entró en vigor el 1 de julio y la última crisis en la frontera con México, deja en evidencia un problema que viene de lejos. Los jueces migratorios están desbordados y el Congreso, más polarizado que nunca, es incapaz de aportar soluciones a la situación. Urge la necesidad de transformar el sistema de inmigración de la nación mas poderosa del mundo, Estados Unidos.
La nueva legislación en Florida, fortalece los requisitos de empleo, prohíbe que los gobiernos locales aporten dinero a organizaciones que crean tarjetas de identificación para inmigrantes indocumentados, prohíbe el uso en Florida de licencias de conducir emitidas a no ciudadanos en otros estados y deroga una ley del 2014 que permitía que los inmigrantes indocumentados fueran aceptados para ejercer la abogacía en Florida. Los hospitales que reciban reembolsos estatales y federales de Medicaid deberán realizar un seguimiento de cuánto dinero se gasta en inmigrantes indocumentados en las salas de emergencia.
El temor se ha apoderado de los residentes y muchos se han ido a echar suerte a otros estados de la nación norteamericana. La abogada de inmigración Lisandra Delgado, explica que hay que analizar con cuidado todos los detalles de la Ley antes de tomar decisiones que separe las familias.
El proyecto de ley ahora solo se aplica a quienes transportan personas indocumentadas en la Florida que serán multados a 5 años si transporta adultos y 15 años de cárcel si es menor, como explica la Abogada Lisandra Delgado.
Los inmigrantes componen una parte importante de las industrias de agricultura, turismo y construcción de Florida y han señalado a las nuevas medidas como discriminatorias.
Florida se ubica justo por delante de Nueva York y muy por delante de la mayoría de los demás estados del país, con un total de 57,816 contactos con personas que ingresaron ilegalmente al país entre octubre y febrero del año en curso.
El Tallahassee Democrat, informó que la inmigración de cuatro países ha alimentado la tendencia creciente, con autoridades que se pusieron en contacto con más de 19,442 ciudadanos venezolanos, 12,840 ciudadanos cubanos, 6,344 ciudadanos haitianos y 4,201 ciudadanos ucranianos en la Florida entre octubre y febrero de este año.